Santo Domingo de Guzmán, nacido en Caleruega en el año 1170 fue un hombre marcado por la luz. La estrella acompañó a Domingo a lo largo de su vida y con él formó la gran constelación de la Orden Dominicana: personas consagradas a la proclamación de la Buena Nueva del Reino, que tienen como eje de su vida la oración y el estudio, con la mirada puesta en el servicio evangelizador.

Usanta Domingon brazo de la estrella, se desprendió y en casi cincuenta años dio origen a otra pequeña constelación: LA CONGREGACIÓN DE RELIGIOSAS MISIONERAS DE SANTO DOMINGO, con un carisma específicamente MISIONERO.
¡Hemos nacido de la LUZ!¡Y para la LUZ!

Nuestra estrella nos sigue marcando el camino, nos recuerda que estamos llamadas a dejar tras nosotras un destello de luz, de fuego.
Somos miembros de un Instituto misionero internacional, y queremos formar una vidriera multicolor que deje pasar esa LUZ a través de nosotras, de tal manera que se perciban los mil colores de nuestros estrella en Boloniaapostolados en: España, Portugal, Italia, Filipinas, Japón, Taiwán, Islas Marianas, China, Corea del Sur, Tailandia, Camboya, Myanmar, Chile… los mil colores de la riqueza que suponen la variedad de cultura, la diversidad de lenguas, los distintos estilos de vida que confluyen haciendo UNIDAD EN LA DIVERSIDAD. Los mil colores de un Instituto universal que trabaja sin límites geográficos allí donde la Iglesia lo necesite.

Nuestro origen que se encuentra en una experiencia de Dios y una llamada a la misión.
Llamadas para ser ¡testigos y profetas! Pues hoy, como ayer, el mandato de Jesús sigue vigente: “Id y predicad hasta los confines de la tierra”.

Misionera de Santo Domingo… ¡SÉ LUZ EN LA OBSCURIDAD!

(Del libro: “Una estrella nos acompaña en el camino”)