En las tempestades de la vida (Mat 8, 23-27)
Como a los discípulos, cuando llegan las tempestades de la vida, el miedo nos remueve interiormente y puede poner en crisis nuestra esperanza y nuestras motivaciones más hondas. Jesús nos recuerda en el evangelio que lo contrario al miedo no es la valentía, sino la fe. La fe es confianza y riesgo. Él en su seguimiento no nos ofrece ninguna ventaja, ni nos asegura una vida exenta de dificultades ni problemas, pero se compromete con nosotros en la incondicionalidad de su alianza y compañía permanente. Por eso en las tempestades de la vida nunca nos abandona y la fe se convierte en esperanza contra toda desesperanza.
Sor Mª Asunción González, O.P.
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